En un mundo cada vez más digital, el Open Finance, ecosistema de compartición de datos entre bancos creado por el Banco Central, sigue trayendo nuevas oportunidades de uso que facilitan la rutina del consumidor. De acuerdo con la Federación Brasileña de Bancos (Febraban), el número de suscripciones activas pasó de 43 millones en enero de 2024 a 62 millones en enero de 2025, un crecimiento del 44% en solo un año. El sistema también registra más de 2,3 mil millones de comunicaciones exitosas por semana, consolidándola como una de las principales herramientas de transformación del sector financiero del país
Aunque el escenario sea positivo en varios aspectos, el país enfrenta una resistencia significativa en la adopción de este nuevo sistema. Según investigaciones de Datafolha, 55% de los brasileños nunca han oído hablar del Open Finance y otro 19% dicen estar "mal informados" y "casi no saber nada".
Y las razones de esta hesitación pueden estar arraigadas en la percepción de valor. El Pix, por ejemplo, qué es una innovación reciente del sistema financiero, presentó beneficios tangibles a los consumidores, posibilitando transferencias instantáneas y gratuitas, lo que permitió su adopción masiva y exitosa.El Open Finance, por su parte, aún no ha logrado explorar sus ventajas reales y parece ser menos tangible para el público en general.
Muchos consumidores, por ejemplo, aún no entienden que el intercambio de datos entre instituciones puede generar ventajas directas, como mejores tasas de crédito, ofertas personalizadas y gestión financiera centralizada. Sin entender los beneficios, los clientes no adhieren, se sienten inseguros y este escenario resulta en la falta de adhesión, lo que acaba limitando el impacto del sistema
Además de eso, la confianza y la seguridad en los datos es otro punto crítico. Aunque Open Finance está regulado y operado bajo estrictas normas de seguridad y cumplimiento con la Ley General de Protección de Datos (LGPD), gran parte de los brasileños permanecen escépticos respecto a la privacidad y al uso ético de su información.
Este temor se intensifica por um historial de fraudes digitales, que colocan las instituciones financieras en constante alerta sobre la necesidad de reforzar las medidas de protección y comunicación. Por lo tanto, es fundamental que las instituciones demuestren cómo el Open Finance es seguro y eso implica estrategias que combinen educación, tecnología y experiencia del cliente. La realización de campañas educativas, por ejemplo, trae ejemplos prácticos de cómo el sistema puede mejorar la vida financiera de las personas
Ya la inversión en jornadas de usuario intuitivas deja claro el valor de la adhesión, al mismo tiempo que refuerzan la transparencia y el control del cliente sobre sus datos. En términos de tecnología, el uso de APIs, interfaz de programación de aplicaciones seguras, autenticación multifactorial y criptografía avanzada son prácticas esenciales
Otro punto importante es desarrollar soluciones basadas en Inteligencia Artificial (IA) para ofrecer recomendaciones financieras personalizadas, reforzando la relevancia del sistema para la vida cotidiana del usuario, incluindo alertas para renegociação de deudas, sugerencias de inversiones más ventajosas o incluso propuestas de crédito con condiciones diferenciadas
Las asociaciones entre bancos digitales, las fintechs y las empresas de tecnología también desempeñan un papel fundamental en este proceso. Juntos, esos jugadores pueden promover soluciones que satisfagan las necesidades específicas de los consumidores, combinando seguridad robusta con incentivos claros, como cashback, recompensas y acceso a productos financieros exclusivos
El éxito de Open Finance en Brasil depende, sobre todo, la capacidad de las empresas de volverse relevantes para el consumidor. Así como Pix demostró el poder de utilidad por su simplicidad, este sistema necesita mostrar, en la práctica, cómo puede transformar la relación del brasileño con el dinero, creando un ecosistema financiero más inclusivo, transparente e innovador.