La Generación Z, actualmente ocupando sus primeras posiciones de liderazgo en el mercado laboral, está rompiendo barreras y desafiando las normas organizacionales tradicionales. Crescidos en un entorno de rápidas transformaciones tecnológicas, esos jóvenes líderes, hoy entre sus 25 y 29 años, son naturalmente adaptables, conectados y exigen algo más que las generaciones anteriores: autenticidad, transparencia y propósito. Para las empresas, entender cómo moldear y entrenar a estos nuevos líderes es una cuestión crucial, porque la forma en que estos jóvenes serán preparados puede impactar directamente en el éxito organizacional y en el futuro del trabajo. La Generación Z llegó con un conjunto de características diferenciadas que pueden ser extremadamente ventajosas para las empresas. Una de las mayores ventajas de esta generación es su habilidad innata para manejar la tecnología. Nativos digitales, ellos crecieron con dispositivos móviles y redes sociales, y tienen una relación estrecha con herramientas digitales que hacen la comunicación, la gestión y la colaboración más eficientes
Por otro lado, la investigaciónEsperanzas y miedos de la fuerza laboral, de PwC, apuntó que el 35% de los profesionales de la Generación Z afirman no sentirse preparados para asumir cargos de liderazgo. Entre las razones están la falta de experiencia práctica y habilidades interpersonales, que son cruciales para el éxito en puestos de alta responsabilidad. Preparar a esta nueva generación de líderes requiere un equilibrio entre urgencia y madurez
Los equipos de RRHH desempeñan, por lo tanto, un papel esencial en la integración de la Generación Z en el mercado laboral y en la cultura organizacional. Entrenamientos dinámicos y personalizados, con enfoque en el aprendizaje continuo son una tendencia. Para generar compromiso, seguramente lo convencional no funcionará. Metodologías como gamificación y dinámicas prácticas ayudan a llevar el campo teórico a la realidad corporativa. Más que la transferencia de conocimientos técnicos, necesitamos prestar atención especial al desarrollo de habilidades blandas, con énfasis en la comunicación, niveles de madurez, retroalimentaciones y planes de desarrollo individual (PDI)
Según el informeFuturo del Trabajo 2025del Foro Económico Mundial, las estrategias más efectivas para acelerar la maduración profesional de la Generación Z incluyen mentorías intergeneracionales y rotación de cargos. Esto permite que estos profesionales adquieran experiencia práctica, aprendan a tomar decisiones estratégicas y desarrollen habilidades interpersonales esenciales para el liderazgo
La integración generacional, inclusivo, puede acelerar mucho el proceso de aprendizaje y construcción de un entorno colaborativo. Sin embargo, si ignorada, impactos negativos fatalmente aparecerán. Otro estudio, yRevista de negocios de Harvard, reveló que el 63% de las diferencias entre generaciones en el entorno corporativo están en la forma de comunicación y el 57% en las expectativas de crecimiento profesional. El respeto por el liderazgo ya no proviene solo del cargo, pero solo del impacto, coherencia y propósito transmitido por el líder
Si el camino hacia la madurez en un cargo de gestión no fue sencillo para los Boomers, X e Y, por qué sería para la Generación Z? Las empresas deben estar atentas a los desafíos específicos de este grupo de edad, que incluyen aún la dificultad para manejar conflictos presenciales o conversaciones complejas, la falta de paciencia para procesos lentos y burocráticos, y el desafío de gestionar equipos multigeneracionales. Cada generación tiene su propia forma de trabajar, y liderar un equipo diverso puede ser una tarea desafiante sin la preparación adecuada
Estando atento a esos cambios, el departamento de RRHH no se limita a ser un soporte administrativo, pero se convierte en un catalizador estratégico, preparando a los profesionales de la Generación Z para los desafíos de cargos de liderazgo con confianza e impacto significativo en el negocio. Debemos ser facilitadores de ese proceso. Nuestro papel no es solo reclutar y capacitar, pero crear un entorno donde diferentes generaciones puedan desarrollarse juntas, aprendiendo con sus diferencias y fortaleciéndose mutuamente. El futuro del liderazgo ya ha comenzado. La cuestión es: cómo las empresas se están preparando para esta transformación